
Algo de angustia se incrusta en nuestros corazones por miedo a dejar ciertas cosas incompletas o simplemente no terminarlas por que sabemos su triste final o quizás por cobardía.
Da lo mismo, el año termina igual, hoy me desnudo para quemar todas mis derrotas, mis miedos y mis miserias, por primera vez mi cuerpo se defenderá tal y como es, todos los órganos confabularan la estrategia mas propicia para vencer los tenebres y agonizantes hechos de este año.
Ahora los invito a ustedes a desnudarse y lanzar al aire, para que aquellas jóvenes ráfagas de vientos, se lleven lo malo y sus cuerpos se recarguen de las energías mas puras de la vida y así proponer un nuevo año pensado en la victoria y los anhelos, bañados de esa agua gran fuente interminable que es el amor.