Así fue, melodías atrapadas en mi cabeza, fácilmente compuestas por el digitar de mi teclado cuando nos comunicábamos, tanto yo como ustedes, éramos perfectos desconocidos.
Gracias a la virtualidad que este medio nos invita logramos crear simpatías, donde fuimos y somos capases de plasmar nuestros miedos, experiencias y sentimientos, de demostrar nuestro descontento con la sociedad y el mundo, aunque a veces fuera crudo y triste.
Gracias a la virtualidad que este medio nos invita logramos crear simpatías, donde fuimos y somos capases de plasmar nuestros miedos, experiencias y sentimientos, de demostrar nuestro descontento con la sociedad y el mundo, aunque a veces fuera crudo y triste.
¿Por qué tú, tendrías la respuesta a mi pregunta?
¿Por qué yo sabría aconsejarte y tu resolverte?
¿Por qué de tan lejos, sentías el frío del amanecer en mi ciudad?
Psicofonias cómplices en este medio irreal, ¿Quien diría que lo virtual, todo aquello que se aleja de la realidad, logro unirnos?
Tantas veces trate de buscarlas en caras de múltiples colores, para tan solo saber como serian, se que para ustedes era mas difícil y se también que el logro supera la realidad.
Primero fue Mi Ser, aun recuerdo esa noche que te vi. Por primera vez, tan solo me faltaba palparte, ya que las psicofonias lograron describirte a la perfección en mi mundo autista.
Fue un abrazo fraterno, era un reencuentro, ambos sabíamos que nos conocíamos hace tiempo ya, lo que no sabíamos es que también nuestras almas conspiraban en el mismo camino para el amar.
Quien lo diría, en el nacimiento de una nueva primavera, tendríamos la oportunidad de “volver a vernos”, tus ojos, tu cabello, mas tu color de piel eran psicofonias perfectas en como yo te sentía y te imaginaba, ¡Tú! “La mujer en constante crecimiento”.
¡Ya estas aquí!, ¡Ya estamos aquí! y ahora nos queda una real vida por compartir, acompañados de tantos amigos, que también son psicofonias de amistad.